miércoles, 10 de julio de 2013

Haciendo Algo - Mandalas y yantras

Mandala Nº1
Ayer me compré un libro de "Mandalas y Yantras para activar enegías positivas" de Suri Jagat-Prakâza y debo decir que me encuentro muy conforme con él. Aunque hasta hace poco desconocía del uso práctico que se le daban a estos dibujos, sabía poco y nada de su existencia (alguna mención por aquí o por allá).
¿Qué es un mandala o un yantra? Esto se puede apreciar en las imágenes adjuntas en este post, pero añadiré una pequeña explicación que se puede encontrar en el libro.

Un mandala es...
  • Una representación a pequeña escala del universo.
  • Un punto de unión de las fuerzas cósmicas.
  • Una forma de sinergia que refleja el proceso cosmogénico.
  • Una pequeña muestra totalizadora de la proyección geométrica del mundo.
  • Una alusión simbólica y visual sobre el cosmos.
  • Un áre consagrada que sirve de receptáculo para los dioses.
  • Un modo de integración con el absoluto.
  • Mandala Nº2

  • Un sistema ideográfico contenedor de un espacio sagrado.
  • Un conjunto de símbolos cuyo todo es más que la suma de las partes.
  • Una herramienta artística que permite mejorar la calidad de vida.
  • Una representación que funciona como estructura del sí-mismo.
  • Un dibujo de base geométrica que alude a los distintos planos de la consciencia.
  • Un posibilitador de sanación que abarca a todos los niveles de la persona..
  • Un vehículo del despertar yoico.
  • Un poderoso instrumento para generar, contener y entender nuestro propio espacio sagrado.
  • Un plano de un camino iniciático personal a seguir.
  • Un mapa que devela el sutil sendero hacia nuestro propio centro.
  • Una puerta hacia los niveles más profundos del inconsciente humano.
El libro también contiene descripciones del significado de las formas y figuras contenidas, para qué se usan, como se colorean y los colores dependiendo de los chakras.
Es bastante relajante. ¡Y aditivo! el primer día me encontré pintando bastantes de ellos y estoy segura de que mi colección de libros continuará creciendo.

sábado, 6 de julio de 2013

¿Quiénes son?

Nuevamente por recomendación de alguien a quien llamaré Vaime, un personaje masculino decide aparecer en esta sección de quiénes son. Fue algo más complicado de presentar que los dos anteriores porque, si bien son de la misma época, su historia fue muy corta y al poco tiempo desapareció bajo tantas otras.
Para Vaime, algunos datos básicos sobre este personaje más otros que recuerdo o creo recordar.
Zeth
Este niño es parte de una historia corta, pero significativa para mi. No recuerdo bien si fue la segunda, tercera o cuarta de las que escribí aquel año, pero está entre las primeras que terminé. La historia de Zeth es la de un chico que con sus amigos conforma una banda. Amigos que conoce desde que es muy pequeño, pero que hace poco todos juntos conforman un grupo.
Él, como tantos otros de mis personajes, está enamorado de una tonta -Lilah- que es su amiga desde que tienen tres años, pero nunca se ha animado a declararse. Cuando descubre que el novio de ella la engaña, decide arriesgarse y tomar esto como una oportunidad para confesarse, pero se encuentra con una desagradable sorpresa.
No me agrada Zeth, principalmente porque en algún momento de mi vida me sentí identificado con él y su situación, pero también por ser parte de esa historia que hace tiempo decidí crear. En vez de superar sus obstáculos y seguir adelante, Zeth continuaba en su vida aferrándose a algo que lo hacía infeliz, no por temer que lo que siguiese fuese algo peor sino porque creía que no merecía ser feliz si Lilah no estaba junto a él.
I hate this boy

viernes, 5 de julio de 2013

Un Algo o3 - Quinta parte

El comportamiento de las personas es difícil de comprender, pero supongo que cuando todas las personas que te rodean dedican su tiempo a hacerte daño te hace desear permanecer alejado del mundo. Y sí, me estoy refiriendo a Johan. Al día siguiente de la paliza me acerque en el receso para preguntar cómo se encontraba, pero me repelió con palabras mordaces de que no necesitaba de mi lástima.
Cuando suceden cosas así te das cuenta de cuan estúpida es la gente, o de cuan rota se encuentra...
Me he acostumbrado a buscarlo en los recesos para preguntar por su estado de salud. No tiene buen aspecto, y pueden apreciarse ojeras en su rostro, pero siempre responde con un "bien" y se aleja de mi lo más rápido que le permite su cuerpo lastimado.
A pesar de que me he acostumbrado a buscarlo con la mirada cuando entro a la escuela o me mantengo cerca para que no lo golpeen, aún no se ha vuelto una rutina. Me he preguntado qué es lo que hace que me preocupe por él cuando hasta recién apenas notaba su existencia, así como he tratado de volver a ese estado de ignorancia, pero es algo que no he logrado hacer hasta el día de hoy. Tal vez sea porque una vez que realmente tomas nota de la existencia de alguien, no puedes hacerlo desaparecer.
Unos días después de eso, tal vez una semana, me vi rodeado nuevamente de indeseables, aunque a estos los podía reconocer con facilidad. Eran cinco y me habían increpado sobre mi "relación" con Johan al final del último receso.
— ¿Qué? —les dije.
Por supuesto que no había ningún tipo de relación más allá de la cordial por mi parte, e indiferente por la suya, cosa que continuaba molestándome. Johan jamás se convertiría en un amigo principalmente porque ni siquiera me quería cerca de él. Yo me había vuelto una especie de acosador. Pero, al parecer, ellos pensaban que yo tenía una relación del tipo romántica con él, por lo que no dejaron de hacer preguntas al respecto y soltar burdas amenazas. No me dejaron en paz hasta que les respondí con un "no", y sólo entonces me dejaron alejarme hasta el salón de clases.

miércoles, 3 de julio de 2013

Un Algo o3 - Cuarta parte

Los días se habían vuelto nuevamente una rutina a la cual me tenía que someter. Habían cosas agradables, como recoger a Cat de la escuela y visitar a Chris en mi tiempo libre, pero eso no disminuía las cosas malas que sucedían a mi alrededor. Cosas que no sólo tenían que ver con accidentes en los que resultaba herido físicamente, sino también con la escuela, mis padres y sus empleos. Y todo mantuvo ese ciclo por una semana o dos, hasta que algo inesperado finalmente lo cambió.
No tengo amigos en la escuela, así como tampoco tengo más amigos que Chris fuera de ella, principalmente porque me tienen miedo. No es como si formase parte de los abusadores de la escuela, o mi comportamiento fuera el de alguien agresivo, simplemente parece haber algo en mi que hace que me respeten y se mantengan apartados.
Me dirigía hacia los baños de la escuela luego de una muy asquerosa clase de biología, cuando unos sonidos ahogados me hicieron detenerme. De pronto noté como el lugar usualmente repleto de alumnos de los últimos cursos se encontraba deshabitado, y que mis compañeros de curso no me hubiesen seguido se hizo más razonable. Nadie quería entrometerse cuando golpeaban al chico nuevo.
El chico no era nuevo "nuevo", era un chico de intercambio. Pero no era de esos intercambios que puedes ver en las series de televisión donde todos tienen sus inconvenientes al principio pero luego se convierten en una familia feliz. No. Y hasta donde podía saber de este chico Johan-su historia era de conocimiento popular-, todo había sido muy complicado para él. Sus padres habían arreglado el "intercambio" cuando se enteraron de que su hijo era gay, presuntamente buscando una manera de enviarlo a una escuela donde no lo molestaran por lo que era. Pero el intercambio había finalizado hace año y medio y Johan continuaba viviendo por aquí. Los rumores decían que nadie lo quiere de regreso, pero tampoco alguien parece quererlo por aquí.
— Es suficiente. —Mi voz nunca ha sido muy imponente ni mi aspecto tan amenazador como algunos creen, pero ellos parecen pensar que en verdad ha sido suficiente y lo dejan descansar en el suelo.
Intento no observar mucho quienes son los infractores, pero estoy seguro de que se trata de sus compañeros de curso. Los de último año son los únicos capaces de mantener alejados a otros alumnos de algún lugar. Entonces uno de ellos me habla, y no puedo más que observarlo a los ojos.
— ¿Qué? —digo algo distraído. No había estado prestando atención a lo que ellos estaban haciendo, concentrado en comprobar si Johan continuaba respirando.
— Lárguense de una vez —creo decir. Pero ellos terminan marchándose.
En la escuela no tenemos enfermería ni nada parecido. Si tenías un accidente y salías lastimado, entonces tenías que ir a la dirección y llamarían a tus padres. Pero estaba seguro de que Johan no desearía ir a la dirección, y tampoco había padres a los cuales llamar, así que lo ayudé a meterse en los baños de chicas -que se encontraba más cerca- no sin dificultad.
El timbre que anunciaba el fin del receso sonó, pero me quedé a su lado para mantenerlo despierto por la hora que restaba hasta el final de las clases.
Cuando salimos de la escuela me resultó extraño verlo alejarse cojeando. No sabía por qué de pronto me preocupaba, e incluso me había ofrecido a acompañarlo a una clínica o a su casa, pero se había negado rotundamente. Y cuando le cuento esto a Chris, ella sólo sonríe y murmura cosas sobre como fueron sus tiempos de escuela. No sé de que habla, si no tiene más de 23...

martes, 2 de julio de 2013

¿Quiénes son?

Esta vez un personaje masculino será quien se siente en el banquillo de quiénes-son.com. No es de los favoritos míos, pero sé que es el favorito de quien me lo recomendó así que decidí extender su regalo a un poquito más que la historia de Aaron. Feliz cumpleaños.
Nuestro invitado especial del día no es nada más ni nada menos que alguien llamado:
Alex
El personaje de Alex pertenece a la saga de la ya mencionada Avril. Pero dentro de esta historia enredada y confusa, Alex no es sólo un personaje que aparece como un nuevo vecino. Alex es el hermano de Avril.
O lo sería, de no ser por alguien que no mencionaré(?)
El hecho es que en la saga nos podemos encontrar con más de un Alex, sin que ninguno deje de ser más real que el otro.
El primer Alex que nos podemos encontrar en la historia es ese chico que acaba de mudarse al vecindario y deja confundida a Avril. No quiere problemas, pero la atracción que siente por ella se vuelve inevitable de disimular y nada los detiene cuando se da cuenta que ella siente lo mismo por él.
Luego se encuentra el Alex del libro, que es completamente opuesto al Alex que Avril conoce, pero que aún comparte una cosa con él y es el amor que siente por ella. Este Alex es de mis favoritos, porque a pesar de que su Avril lo desprecia y lo utiliza para sus propios fines, él nunca se ha rendido, escondido en la oscuridad y tras su máscara de crueldad.
Y por último está el Alex lejano, el primero de todos los Alex aunque sea el último en aparecer. Un Alex que se encuentra cansado y que ha sufrido demasiado en la vida y que no puede permanecer tranquilo mientras la persona que quiere se encuentra infeliz. Y lo que más me agrada de este Alex es que ¡La persona que quiere no es Avril! No, señor, este primer Alex ha caído en las redes de una persona más inteligente que la protagonista y sólo por eso se ha ganado todo mi amor.
Alex es el amigo, el hermano, el amante, el padre y el hijo que cualquiera querría tener, en todas sus versiones. Su personaje es el que más ha madurado durante toda la saga, sobre todo en el tercer libro, que es cuando se puede apreciar que la soledad en ese tiempo que pasó lo afectó más que a los que lo rodeaban.
Eso ha sido todo por ahora. Estos son los Alex -o algo de ellos-, y próximamente presentaré a algún otro personaje que ayude a completar la historia.

Un Algo o3 - Tercera parte

No vivo en un barrio muy adinerado, ni en una parte mala de la ciudad; mi familia y yo vivimos bien, un poco mejor que la media, aunque sin lujos; pero vivas donde vivas, la seguridad siempre es algo relativo. Así que una semana después de la charla, me encontraba huyendo de dos personas que no se contentarían con robarme dinero.
Me habían emboscado camino a casa; era uno de esos días en los que mi madre retiraba a Cat más temprano de la escuela; saliendo de uno de los tantos callejones que podía soslayar en mis recorridos. Me pidieron todo lo traía pero yo, asustado, sólo atiné a correr como si la vida se me fuera en ello. Recuerdo haberlos perdido de vista por un segundo, y también el haberme caído a mitad de la acera. Me levanté apresuradamente sin más opción que ignorar el dolor que me proporcionó la caída y atiné a ingresar a un local en las inmediaciones. Una librería me había salvado de una golpiza.
La dueña del local era una chica joven, de cabello negro y bonito. Recuerdo que cuando la conocí sus ojos azules me miraban fijamente, como intentando curar mi alma. Mi primer pensamiento sobre ella fue que me gustaba, y que era la persona más afortunada por haberla conocido.
Se llamaba Christine, y amablemente me preparó un café tan dulce como reparador. Llamó a mi casa y les explicó la situación, su poder de convencimiento era increíble y en pocos minutos mi padre apareció en su auto. Chris, como me pidió que la llamase, me invitó a volver algún día si es que el lugar no me traería malos recuerdos.
Durante una semana mis padres fueron a recogerme en la escuela. Era una pérdida de tiempo para ellos, y una molestia para mi. No necesitaba de sus cuidados, como tampoco necesitaba de sus reproches cuando se les hacía tarde para trabajar. Hasta pensaron en contratar uno de los autobuses de la escuela, pero eran demasiado costosos para tratarse de un recorrido de pocas cuadras. Así que en una semana estaba volviendo a caminar a casa, pero esta vez deteniéndome unas cuadras antes de llegar.
Las visitas a la librería se hicieron más frecuentes, y unos días después me encontré llevando a Cat conmigo. Chris me ayudaba a pasar los malos tragos y a sobrellevar la mala suerte que en esos días me había perseguido con ganas. Y sin darme cuenta, ella se había convertido en mi amiga y confidente.

Un Algo o3 - Segunda parte

No podría decir que mi vida era normal, porque no sé cual vida sería esa, pero podría describirla como corriente y aburrida, tal vez monótona, o rutinaria. El caso es que estaba demasiado acostumbrado a mi rutina de ir de casa a la escuela y de la escuela a casa, que cuando ella apareció no supe qué hacer.
Ella... Ella es el mal, O Samael, como me pidió que la llamase. Apareció un día a la salida de la escuela y yo inevitablemente no pude dejar de observarla. No era fea, por supuesto, aunque me parecía muy extraño ser el único que la hubo notado.
Era día de semana, por lo que debía apresurarme si quería dejar mis cosas en casa antes de ir a buscar a Cat a su escuela, y justo cuando iba a dar media vuelta para irme, ella me miró. No fue una mirada común, ni siquiera de esas que te dan cuando pillas a alguien observándote, sino que fue algo perverso, una mezcla de sonrisa provocadora y mirada asesina. Me asustó, obviamente, y decidí que sería mejor marcharme cuanto antes. Durante todo el trayecto a casa, incluso después de encontrarme con Cat, sentí como si aquella mirada sucia me persiguiera, aunque siempre que volteaba a ver no había nada más que mi sombra.
Esa noche no quise dormir, a pesar de lo cansado que me encontraba. Algo me decía en mi interior, que si lo intentaba, mi sueño no sería para nada agradable. No pude evitarlo durante mucho tiempo y, desgraciadamente, no me había equivocado con respecto a los sueños.
Podrías decir que sólo eran pesadillas inducidas por el miedo que aquella chica me había producido, pero yo siempre supe que eran algo más. Nunca pude recordar mucho de aquellos sueños, pero siempre que me despertaba luego de uno de ellos, la sensación era muy amarga.
Los días posteriores a ese son algo confusos. Recuerdo a Samael fuera de la escuela cada día, acercándose a mí, unos pasos cada vez, hasta que un día inevitablemente crucé a su lado. Me detuvo, pero no recuerdo nada de nuestra conversación más que su nombre y que ella me asustaba mucho.

Un Algo o3 - Primera parte

No escribo esto por voluntad propia, y eso quiero dejarlo en claro desde el principio. La sola idea de tener que presentarle a alguien mi vida con puntos y comas me resulta tan desagradable como perturbadora. Además de que no me considero bueno para todo lo que tenga que ver con la memoria; hay demasiadas lagunas en mi cabeza que hacen que duela si intento quitar las barreras.
Hace una semana que estoy yendo al psicólogo. No por gusto propio, al igual que lo que aquí escribo, sino porque mis padres lo creyeron conveniente para mi "salud mental". Pero no es porque esté loco, aunque lo más razonable sería estarlo. No, tal vez un poco desequilibrado emocionalmente, en shock, deprimido, pero no loco. O al menos eso creo yo.
La psicóloga acaba de decirme que no se trata de que yo esté loco o no, sino de que tenga algún soporte emocional fuera de la familia, alguien con quien hablar y que no se me juzgará por nada que diga o escriba. Quiero creerle. Y tal vez de eso se trate todo: el creer.
No sé cómo empezar mi historia, no soy bueno en esto y temo aburrir antes de poder contar algo. No puedo evitarlo, he sido muy inseguro desde que tengo memoria y eso ha influido en muchos aspectos de mi vida.
Empezaré por revelar el motivo por el cual me encuentro sentado en un pequeño sofá verde, día por medio, siendo escuchado por una mujer que escogió una de las profesiones más estresantes: Mi hermana ha sido asesinada.
Tenía ocho años, los mismos que tenía yo cuando ella nació, pero con más inocencia y cariño del que yo tuve. Fue la primera y última niña que nació en los ocho años que pasaron mis padres entre tantos abortos espontáneos. Eso, a lo que además se le suma que mi padre siempre ha deseado tener una niña que pudiera ser la luz de sus ojos y mi madre a alguien para formar a su imagen, se resume en que, cuando ella nació, yo pasé a ser como el primo lejano que se hospeda en casa porque sus padres han muerto y no tiene más familia.
La primera vez que la vi quedé maravillado, en parte porque nunca había visto a un bebé, y porque su aspecto diminuto y frágil despertó en mí un instinto protector que supongo debemos llevar todos y sólo se despierta cuando tienes a alguien a quien proteger. Recuerdo que mi madre no me dejó alzarla en brazos, aunque yo era más que capaz de sostenerla con firmeza y no dejarla caer, pero ni ella ni nadie le harían verdadero caso a un niño de ocho años. Era hermosa, siempre lo fue, pero ahí fue el comienzo. Ahí fue cuando me enamoré de ella. Catherine, la dulce niña que se adueñó de mi corazón y mi alma.
La segunda vez que la vi, dos semanas después cuando mamá volvió a casa, la odié. La odié con todas mis fuerzas porque sentía que me había arrebatado lo poco que tenía. Mi habitación, (mi madre alegaba que era la que estaba más cerca a la habitación de ellos y que yo estaría bien en el desván y que, si quería demostrar que ya era grande, aceptaría que mi hermana necesitaba más el lugar que yo), la atención, el cariño, mis padres... Pero pese a todo lo resentido que estaba con ella por haberme arrebatado todo lo bueno que poseía, no podía quitarme de la cabeza aquella emoción que me embargaba cada vez que pensaba en ella.
Fueron tres años los que me pasé demostrando cuanto aborrecía su existencia y adorándola a escondidas, sin perderme ninguno de sus progresos al crecer ni sus cambios corporales, como aquella manchita roja que salió en su brazo y tuvo a toda la familia preocupada, hasta al fin se descubrió que sólo era una marca de nacimiento que crecía con ella. Muchos años después alguien me dijo que aquella manchita insignificante era un recordatorio de una deuda de vida pasada, que podría cobrarse en cualquier momento. Ha dejado de causarme gracia hace más de un mes, cuando la mataron.
El día en que Cat ingresó al jardín de infantes fue el día en que tuve que dejar de fingir que no estaba fascinado por ella. El verla con su traje de la escuela fue casi demasiado para mis once años, que no pude resistirme a observarla la media hora que mi madre se tomó en peinar su cabello. Mi madre me vio, evidentemente, y desde entonces no ha dejado de mirarme de esa forma, como si yo fuera hijo de algún pervertido y se esperase de mí que también lo fuera.
Varias veces me he planteado la idea de no ser su hijo, ya que no me trataban como tal; pero es imposible negar el parecido que tengo con mi padre, al igual que Cat. Mi padre es bien parecido, sin exagerar, sólo bien parecido. De ojos azules, tez clara y cabello oscuro y ondulado; Cat y yo heredamos sus rasgos finos, el color de sus ojos y la altura. En cambio, mamá es todo lo opuesto a él, bajita, rubia, de tez morena y ojos verdes. Hermosa, pero ni Cat ni yo hemos heredado nada de su físico.
Pero volviendo a la historia, desde que Cat entró al jardín de infantes y yo a mi último año de la primaria, fuimos inseparables. Era notorio que ella me amaba también y que no se había dejado amedrentar por ninguna de mis pullas de los años anteriores, aunque fuese muy pequeña para entenderlas.
Pero, aunque mi vida esté llena de recuerdos y momentos felices con Cat, no es allí cuando comienza el problema, sino hace un año cuando una desconocida se apareció a la salida de la escuela. Y lo recuerdo como si hubiese sido ayer.

lunes, 1 de julio de 2013

Chris - Siete

"[...]Darme cuenta de que me gusta Demian ha hecho mi fin de semana imposible de soportar. Sigo sin creer que yo haya sido artífice de tales anotaciones en el diario desde el viernes. Eso sí, agradezco la clemencia del cielo que me hizo volver a mi yo de siempre y no me dejó comportarme así frente a él esta mañana en clase. Todo ha sido tan normal como siempre ¿Por qué tendría que cambiar? [...]
Al parecer la separación de mis padres es algo definitivo, porque él no ha regresado desde ayer y mi madre no se ve para nada preocupada por eso. [...] Tengo miedo de preguntar... [...] Pero no dejaré que eso me amargue la vida. [...]
[...]El hecho de poder pasar otro año con él hace que todo sea más fácil. No veo necesario aún el preocuparme por lo que sucederá al acabar la escuela, como los molestos profesores. [...] Así que seguiré como hasta ahora, sólo que disfrutando cada momento aún más porque sé que tiene fecha límite. [...]
No puedo creer que yo haya escrito eso. Si no me hubiese prohibido usar corrector, juro que lo haría. ¿Desde cuándo me he vuelto tan pesimista? Hace un momento estaba yo misma pensando en que un año es mucho tiempo. Muchas cosas podrían pasar en el transcurso de doce meses, el viaje podría no ser necesario para entonces... [...]
[...]Mañana pasaré la noche en casa de Demian y mi madre ha hecho planea con unas amigas, lo cual parece estar necesitando[...].
Sólo queda una hoja más en el cuaderno. No puedo seguír agregando hojas de otros cuadernos o terminará por romperse. No quiero eso, es muy especial para mi. [...] Así que he decidido regalárselo a él. Creo que merece saber la verdad después de cinco años de estar junto a mi.
Demian:
No creo que pueda decirte algo más de lo que pudiste haber leído aquí. Pero quiero decirte directamente cuan importante fuiste en mi vida y cuanto te aprecio. Los recuerdos de una vida anterior a esto parecen demasiado defusos como para ser reales y siento que me acompañaste cada segundo de mi existencia, y prometo que así será por lo que la eternidad exista.
Cursi, ¿ah? Te he dejado lo mejor para el final. Sé que han pasado años desde que te he entregado mi diario, porque te haré jurar que leerás un día a la vez y sé que lo cumplirás porque así eres tú.
Discúlpame por haberte hecho leer mis tonterías, pero quería que finalmente conocieras esa parte de mi que nunca puedo mostrar. Esa parte que te quiere desde hace tiempo.
No sé qué es lo que pueda pasar en el tiempo que te haya tomado leer el diario, pero si no estoy a tu lado mientras lees esto, quiero que sepas que te amo, y que te seguiré amando por más que la distancia nos separe.
Eres lo mejor que alguna vez pude tener, y así será para siempre.
Chris
PD: Por favor, enfádate conmigo todo lo que quieras, pero conserva bien mi cuaderno. Los mejores años de mi vida se encuentran allí dentro y desearía que permanecieran con la persona que lo hizo posible.
"
Fin

Chris - Seis

"[...] Mi madre no ha dejado de gritar desde que llegó, y a pesar de que estoy en mi habitación aún puedo escuchar su discusión. [...] Esto se vuelve cada día más agotador, así no hay quien pueda estudiar [...].
Los profesores ponen cada vez más presión en nosotros, es molesto [...] Y como si no nos sintiéramos agobiados por la cantidad de exámenes que debemos rendir, ellos también quieren que nos preocupemos por nuestro futuro fuera de la escuela. [...] No es como si nos estuviésemos graduando, no veo necesaria tanta estupidez junta.
[...]Debo admitir que no solo me he sentido estresada por los exámenes porque también he estado al pendiente de si Demian realizaba algún acercamiento con Rose. Prácticamente estuve pegada a su costado durante toda la semana. [...]
Sé que tengo que dejar de actuar como una controladora pero, ¿realmente quiero que ellos estén juntos?[...]
[...]Estúpida. Estúpida. Estúpida. ¿Cómo pude haber dicho estupidez semejante? ¿Cómo podría eso ser una buena idea?[...]
Ya había aceptado mi parte egoísta que deseaba mantener a Demian a mi lado por siempre y ahora hacía algo así... Soy tan estúpida.[...]
Hoy en el receso creí que iba a morirme. Como el fin de curso se acerca los cursos mayores preparan un acto para despedir a los de último año, y Demian se ha visto obligado a colaborar.
[...] No quiero que esté cerca de Rose. No quiero que se aleje de mi. Nada sería lo mismo si ellos... No. ¡No quiero! Puedo decirle que se olvide de lo que dije, que Rose nunca podría hacerlo feliz. Yo... Yo... Quiero a Demian solo para mi. [...]"

Chris - Cinco

"[...] Me había dado cuenta de que, a pesar de que Demian y yo teníamos bastantes años de amistad, aún había muchas barreras entre nosotros. Era increíble como las palabras adecuadas producirían un leve rubor en su rostro de diecisiete años. ¡Por todos los cielos y era un chico! [...]
Definitivamente el estar sólo acompañado por mí lo estaba afectando de muchas maneras... pero, ni siquiera podía culparlo de eso, ya que era yo quien impedía a los demás acerarse.
[...] Había visto que Demian hablaba mucho con sus compañeros de natación, supongo que eso significa que es más sociable que yo. Cosa no tan rara cuando comparas cualquier cosa conmigo... [...]
Me gustaría saber su opinión al respecto, pero temo que su respuesta sea un alejamiento por su parte. Demian parecía estar bien conmigo, ¿y si al preguntarle él notaba cuánto realmente se estaba perdiendo? Entonces lo estaría arruinando todo. [...]
¿Es muy egoísta esto que estoy haciendo? No necesito una respuesta, sé que sí lo es. Yo misma soy muy egoísta, y no me arriesgaré a perder al único amigo que alguna vez pude tener. Demian significa demasiado para mí y no me importa si luego me odia por retenerlo, lo quiero demasiado como para que pueda ser algo bueno. [...]"

Chris - Cuatro

"[...] Hoy la profesora de Política nos dio un respiro de su horrenda cara y se ausentó a clases, dejándonos con dos horas de libre albedrío dentro del establecimiento escolar. Los insultos no se hicieron tardar, ni siquiera de mi parte, ya que podríamos haber estado durmiendo unas cuantas horas más antes de nuestra doble clase de educación física al mediodía. Fueron cuatro los minutos que tardé en convencer a Demian de que me llevara a conocer su casa, cuando vi que pretendía abandonarme con el resto de los compañeros que no tenían quien los fuera a buscar.
El camino fue bastante entretenido [...] pero se puso demasiado quejoso y me bajó de su espalda a la tercera cuadra de caminar. Aunque tal vez tuvo algo que ver el que me haya sostenido con mucha fuerza de su cuello... [...]
La casa es bonita por dentro tanto como por fuera [...] y su madre es un completamente genial, no pudimos hablar mucho porque el tiempo siempre pasa demasiado rápido cuando el momento es bueno, pero puedo asegurar con firmeza que la adoré a las primeras palabras. Y me sentí muy como en casa. [...]
Como Demian y yo no compartimos la misma clase de educación física, me pasé los últimos minutos viéndolo recoger su equipo de natación, yendo de un lado hacia el otro cuando descubría que algo no se encontraba donde debería, riéndome interiormente aunque mostrándome fastidiada porque los minutos corrían de prisa.
Lo observé de reojo de a ratos, preguntándome que tanto buscaba con el brazo sumergido en la mochila, y cuando él me lo dijo me reí de su expresión ante mi respuesta tan obvia. Lo que no me sorprendía era que Demian hubiese armado tanto alboroto por un simple alfajor olvidado, era de esperarse algo así de su parte. Hubiese continuado riéndome si no fuese porque íbamos tarde a la clase [...].
Me pareció buena idea escribir ahora que nos dijeron que la profesora de Handball se tomó licencia. [...] Así que estoy sentada en las gradas del gimnasio interior, viendo como Demian chapotea en el agua. Bueno, no, no chapotea, a simple vista puedo afirmar que sabe bien lo que hace [...], y yo no sé por qué no se me había ocurrido acercarme a verlo antes. Aunque no es algo que no pueda remediarse, ya que tengo al menos tres semanas hasta que nos reasignen profesor o deporte... Y la vista desde aquí es bastante buena. [...]"

Chris - Tres

"[...] Una sensación horrible pasó por mi cuerpo cuando una simple discusión se tornó en algo con demasiado significado. Miles de respuestas desfilaron por mi mente, pero a la vez yo me encontraba fuera de ella. Observando fijamente las blancas páginas del libro, podía ver plasmada en ellas lo que sería de mi futuro dependiendo de la respuesta que diera. Cuando iba a hablar, me entró miedo. ¿Cómo dejar claras las cosas sin perder a mi mejor amigo? ¿Por qué arriesgarme cuando ya lo tengo todo?
Lo miré mientras hablaba, fingiendo que la respuesta se refería a los protagonistas de un libro y no a nosotros. Y no es que me arrepienta, aunque no me agrade ver como Demian se distanció un poco después de eso, ni como sus ojos perdieron un poco de su brillo. Sé que mañana volveremos a estar bien. Jean y Luis están bien como están...
¿O no? [...]"

Chris - Dos

"[...] Martes: [...] Demian no ha venido a clases, le he mandado un mensaje pero no los ha contestado al igual que mis llamadas. Sé que no debí haberle gritado de esa forma ayer, pero estaba demasiado enojada por no sé que cosa y él, desde que nos conocemos, ha sido la única persona cercana en todos los sentidos. Le he dicho que lo siento, pero un mensaje de texto no me parece suficiente. [...]
Miércoles: [...] Demian ha faltado nuevamente a clases y nadie sabe el número de su casa. Sigo llamándole al móvil, pero tampoco contesta. ¿Tan enojado puede estar como para no responder a un mensaje? [...] Estoy preocupada ¿Y si le ha pasado algo? ¿Si está enfermo, se muere o algo? Soy la peor amiga en la historia, lo sé. [...] Sigo enviando mensajes pidiendo disculpas. [...]
Jueves: ¡Rose me ha conseguido el número de la casa! Como delegada no esperaba menos de ella, la verdad que no se me había ocurrido pedir ayuda a nadie hasta que mi madre lo sugirió en la cena de ayer. Ella no es para nada cercana a Demian o a mí, por lo que supuse que no sabría nada. [...] Llamaré antes de que sea tarde...
He llamado a casa de Demian y me ha atendido la madre. Está enfermo, nada grave, pero contagioso. En un día o dos volvería a la normalidad, eso espera y yo también y ha agregado que pasa el día entero durmiendo salvo para lo más necesario, lo que explicaría por qué no ha respondido a mis mensajes, aunque no el por qué la casilla no se ha llenado aún... [...]
Viernes: [...] El día ha sido muy agotador sin él. Tarah y Sophie no han dejado de fastidiarme desde que notaron que Demian no está para protegerme. He tenido la mala suerte de que ha sido en la hora de política. A veces me dan tanta lástima por no tener una vida... [...] He llamado a su casa rato antes de la cena, pero nadie a contestado. No insistí ya que podría ser temprano para mi pero no para una persona enferma... El caso es que lo extraño. Se me hace una eternidad de la última vez que escuché su fastidiosa voz.
Sábado: [...] Está lloviendo. Nadie contesta aún. [...]
Domingo: [...] He comenzado a experimentar con los traductores y se me ha ido lo que me quedaba de crédito enviando "съжалявам". La reunión familiar no es lo mismo si no puedo quejarme con nadie. [...] Siguen sin contestar [...]
Jueves: [...] Hoy he visto a la madre de Demian en la escuela, hablando con el director. Cuando escuché su nombre no pude evitar detenerme y simular que arreglaba mi uniforme. [...] Ella habló de que podía concederle que faltase a la escuela unos días, pero no que descuidase sus clases. Al parecer estaba yendo a buscar las tareas todos los días... No me extraña no haberla reconocido, si no se parece en nada a Demian [...] A todo esto, no sé cómo me siento. Sé que debería estar enojada porque me mintió, más bien, hizo que la madre me mintiera. Es triste... ¿Por qué huir de esa forma? ¿No sería más simple sólo enfrentarme, gritarme o golpearme? [...] Si su intención ha sido hacerme sentir culpable, lo ha logrado. [...]
Viernes: Tenía razón al pensar que el dormir me haría procesar los hechos, cuando desperté estaba furiosa, dispuesta a gritarle en su cara lo muy imbécil que era y golpearlo hasta que el sol saliera por el oeste. En la escuela he gritado a medio mundo y casi me gano una suspensión si no le hubiese mentido al director con que estaba en mis días. Adiós a mi coartada para salvarme de educación física una clase... [...] Casi no la vi, pero la madre de Demian estuvo ahí para recoger las tareas del día, y casi le grito todo lo que pensaba acerca de la actitud de su hijo, pero se me había ocurrido algo mejor. [...] La seguí hasta su casa.
Su casa quedaba a pocas cuadras y era zona transitada por mucha gente, así que prácticamente fui pegada a su espalda, lo que fue de mucha suerte, sino no hubiese escuchado su conversación telefónica. Hablaba con una mujer, de la cual no pude retener su nombre, sobre Demian. No era ninguna enfermedad contagiosa lo que él tenía, sino depresión. Ella estaba preocupada por él y estaba pensando en llevarlo a un psicólogo. Había sido progresivo, al principio había dejado de comer y luego entro en estado catatónico por unos días. Al principio habían creído que se trataba de un berrinche o que alguna chica le había rechazado, así que lo dejaron estar, pero luego se puso peor. Me di la vuelta antes de que entrara en la casa y pudiese verme, todavía pensando sobre lo que había escuchado.
[...] El enojo desapareció por completo desde ese momento, ahora sólo estoy triste. Triste porque mi mejor amigo se encuentra mal y no me quiere cerca, triste porque ya casi olvido que yo soy la responsable de su tristeza. [...]
Tal vez envíe un último mensaje antes de dormir. Uno que diga cuanto lo extraño en vez de uno que diga cuanto lo siento. Ya he pedido mis disculpas y no puedo sentirlo más...
Lunes: ¡Ha vuelto! He tenido que revisar el calendario porque en cuanto lo he visto me ha parecido como si hubiesen pasado años en lugar de días. Le he dado un gran abrazo y no lo solté en todo el día. No me han gustado para nada sus ojeras ni la pinta de zombie que tiene, pero ya pensaré en algo. Mientras tanto he actuado como si me hubiese creído lo de la enfermedad contagiosa suya, eso parece aliviarlo, y me ha dicho que se le ha perdido el móvil, aunque ya me esperaba una mentira como esa... [...] No prometeré que no volveré a enojarme, ni a gritarle, ni a insultarle, ni nada de eso. Pero sí prometo que voy a estar a su lado mientras pueda y él me necesite, aún contra su voluntad. Después de todo... para eso son los amigos [...]"

Chris - Uno

"[...] Había pensado que el comienzo de clases sería algo más interesante que esto. Cuando veo a las personas correr y jugar por el patio siento algo de envidia, ya quisiera poder divertirme así de fácil, como si fuera una niñita. Ya sé que tengo sólo once y medio, pero mi vida es como la de los perros, y cada año vale por siete. La profesora de esta hora nos trató como si fuéramos monos del kinder que no saben estarse quietos y a mi como si fuese inevitable que hubiese una cerebrito antisocial en el curso. No hizo ninguna falta que mencionara que su materia era política, la odié en cuanto me dirigió una mirada. Ni decir de [...] mis compañeros, uno más imbécil que el otro. En cuanto notaron que no era tan hueca como las demás, comenzaron a rehuirme. Menos mal, mis padres se disgustarían conmigo si armase otro escándalo como el del año pasado.
Ahora que he vuelto a casa y mis oídos han escuchado buena música, no sé qué pensar acerca del chico que se me acercó a la hora del receso. Parecía tan solitario y desorientado como yo, algo raro en alguien de su especie. Tal vez podría utilizarlo para mi experimento... O tal vez sólo lo conserve como amigo [...]"

Demian - Siete

Chris había tenido razón en eso de que no debería haber ningún tabú entre nosotros, al igual que no se equivocaba con Rose. Era una chica agradable, simpática, no demasiado inteligente pero lo suficiente como para sobresalir en el grupo de las chicas. No estamos saliendo ni nunca lo estuvimos. Simplemente... por más perfecta que sea, creo que no es para mi, ni yo el tipo de persona que pudiese gustarle.
El quinto año terminó hace unos pocos días y he aprobado todas las materias con buenas notas, por lo que en casa no pueden quejarse. Hasta hemos preparado una especie de cena a la que solamente asistirá Chris para celebrar el fin de otro curso, luego del cual ella se quedará a dormir como es costumbre. Mi madre nunca ha tenido problemas con eso, y si a ella la dejan quedarse debe ser porque sus padres tampoco se oponen.
Ella llega pasadas las nueve con su mochila celeste en la espalda y su almohada bajo el brazo. Sonriendo, se dirige apresuradamente a la cocina arrojando sus cosas por el suelo para tomar un poco de lo que mi madre está preparando. La cena transcurre normal, con risas y el vuelo de alguna cosa por la habitación. Lo inusual comienza cuando Chris se calla abruptamente y comienza a buscar algo en su mochila.
—¡Aquí está! Demian, esto es para ti.
Y la curiosidad es mucha cuando reconozco el cuaderno en el que ella hacía sus anotaciones constantemente y nunca me dejó leer. La observo unos segundos, confundido, antes de tomarlo. Al abrirlo en una página cualquiera, vaya sorpresa con lo que me encuentro.
—No estudiabas el comportamiento idiota de la gente, ¿cierto? —pregunté arqueando las cejas.
Chris soltó una carcajada que resonó en la habitación.
—¡Por supuesto que no! Es algo... más que eso.
Fin

Demian - Seis

— ¿Sabes qué? Creo... Creo que deberías salir con Rose.
El trozo de pizza que estaba masticando decidió seguir por vías incorrectas, haciéndome toser exageradamente. Luego de beber casi todo el contenido de la botella de coca-cola, pude respirar con normalidad. Miré con disgusto lo que quedaba de pizza en el suelo.
Chris hizo una mueca de asco.
— No es para que reacciones así, que... Rose es una buena chica. No es tan maravillosa como yo, por supuesto —soltó una risita mientras atrapaba algo de queso que escapaba de su porción—, pero es algo inteligente... —Me guiñó un ojo— Y bonita, ¿no crees?
— S...Ssí, eso creo —carraspeé, intentando recuperarme de la impresión—. Me sorprende que... Es que...
Chris se rio de mi pobre espectáculo, golpeándome con la almohada que estaba sobre sus piernas.
— Es que nunca solemos hablar de... cosas así. —Sabía que me estaba poniendo morado, pero no podía evitarlo.
Ella asintió, medio sonriendo.
— ¿No crees que después de cinco años siendo amigos... no deberían haber temas de los cuales no hemos... hablado? Ahahah shht —Me silenció—. Tengo razón y punto.

Demian - Cinco

— Rayos, ¡lo olvidé!
Me detuve en medio de la calle, aún con medio brazo dentro de la mochila y un gesto de fastidio. Me parecía casi imposible haberme olvidado mi alfajor en casa porque era casi como ponerme los pantalones antes de la ropa interior. Algo... absurdo, e imposible de salir a la calle así.
Chris me observó atentamente unos pasos por delante de mí. Habíamos ido a mi casa ya que uno de los profesores faltaba y teníamos dos horas libres. Mi casa queda a unas cuadras y... Chris había insistido.
— ¿No puedes comprar uno? —simplemente preguntó.
Algo en mi expresión pareció causarle gracia, porque comenzó a reírse.
— Su...supongo que sí, pero...
— Ya, ya —Sujetó mi muñeca con algo de fuerza, alzándola a la altura de sus ojos—. Te compraré uno si no me haces llegar tarde.
Y me arrastró todo el camino hasta la escuela.

Demian - Cuatro

Estábamos hablando sobre uno de los libros de la escuela que deberíamos dar en examen la semana siguiente. Chris hablaba de lo absurdo que era que la protagonista se casase con un Conde al que había odiado medio libro sólo para no quedarse sola mientras el protagonista terminaba con tres hijos. Entonces fue cuando vi mi oportunidad.
— ¿Crees que Jean y Luis deberían... no sé... terminar juntos?
Ella siguió observando las blancas páginas del libro, siendo consciente de lo que implicaba aquella pregunta.
— Creo que... —suspiró, mirándome a los ojos al fin— Creo que si Jean y Luis se volviesen algo más que amigos, perdería el sentido de su relación y la historia se convertiría en otro cliché. Y creo que la autora pretende evitar eso.
Volvió a dirigir la mirada al libro.
— Jean y Luis están bien como están...

Demian - Tres

—¿Qué haces? ¡No! Debes escribir antes de pegar... ¡No! ¡No tanto pegamento!
Solté todo lo que traía en las manos, ya rendido a la inútil tarea de crear una tarjeta de San Valentín, algo que solíamos hacer en las clases de plástica y dibujo por estas fechas. Chris no dejaba de atormentarme con instrucciones que me ponían nervioso, haciendo que me arrepintiera de haber pedido su ayuda. Porque este San Valentín no sería como los demás, sino que estaba listo para declararme a la chica que me gustaba luego de cinco años de conocerla.
—¡Deja de arrugar el papel! —me gritó, quitándolo de mis manos.
Soltó un gran suspiro, tirando de las puntas de su cabello color avellana, seguramente insultando mi persona interiormente. No quise saber lo que ella pensaba del intento de tarjeta, pero un vistazo a su rostro me dejó saber que tendría que pensar en algo mejor para el 14 de febrero o me quedaría solo por siempre.
—Eres un idiota, Demian —dijo, arrojando el papel rosa sobre la mesa.
Acto seguido se levantó y salió del aula echa una furia, empujando a quien se pusiera en su camino. Y la depresión adolescente me invadió.

Demian - Dos

Conocí a Chris en primer año de la secundaria mientras buscaba un lugar tranquilo en el cual devorar mi alfajor de chocolate diario. Ella estaba sentada en el escalón de la puerta al laboratorio vacío, con un cuaderno sobre las piernas y escribiendo frenéticamente. En ese entonces yo era tan idiota e inexperto como todos los demás chicos en lo que se refería a las chicas, por lo que no supe muy bien como acercarme a ella ni esconder lo mucho que me había gustado.
Cuando me acerqué más a su rincón solitario ella prácticamente gruñó, tensando su rostro como hacen los gatos antes de lanzarse a atacar, y me dirigió una mirada perspicaz.
— Escribo sobre lo errático de la mente humana y el por qué de el comportamiento idiota de todos esos subnormales-murmuró, lanzando una mirada auto suficiente a su cuaderno.
Le sonreí.
— Tal vez necesites ayuda con eso. Yo... pertenezco al grupo de subnormales que mencionas y podría explicarte algunas cosas.
Soltó una risita floja, señalándome el lugar vacío a su lado.
Ella, luego de ese primer encuentro, fue muy buena conmigo. Desde entonces se ha vuelto mi consejera, compañía y mejor amiga.

Demian - Uno

Nunca había sido muy apegado a la lectura. De pequeño me habían lanzado a la televisión como una segunda madre, por lo que crecí tan idiota como tantos otros niños del mundo. Y vaya que maldigo esos momentos desperdiciados en contenidos basura que atrofiaban mis neuronas hasta achicharrarlas. Pero yo, a diferencia de esos otros niños, pude salvarme.
Mi amor por la lectura comenzó, más bien, forzado. Al principio no eran más que los pequeños libros que daban para leer en la escuela, insulsos si en este momento los releyera, pero que de a poco cautivaban mi atención. Poco más tarde sería cuando me volcase de lleno a las 'enciclopedias', como suelen llamarlas.
Y todo eso se lo debo a Chris.

¿Quiénes son?

Esta es una idea que surgió mientras intentaba ponerme al día con la escritura.
Hay muchas veces en las que hablando con personas fuera de mi entorno hago alusión a nombres que la gente que me acompaña no reconoce. No porque sean poco cultos y su conocimiento sea escaso (aunque a veces sí), sino porque casi siempre me refiero a un personaje que yo misma inventé.
En este post daré a conocer a esos seres que nacieron una vez en mi mente y no han podido salir hasta el día de hoy. Algunos con historias inconclusas y otros que nunca han llegado al papel.

Avril
Avril es la protagonista de una de las historias más importantes para mi, porque fue la primera que escribí.
Junto con una amiga nos habíamos enamorado de la lectura y quisimos probar suerte creando nuestra propia historia combinada. O una historia con dos puntos de vista. Juntas formamos un dúo dinámico -que hasta ahora se mantiene- y logramos crear las más alocadas aventuras que un adolescente podría tener. Luego la magia se vio involucrada y todo se nos fue al garete(?)
La historia de Avril comienza cuando ella tiene dieciséis años y se encuentra en un orfanato sin más recuerdos de su vida que su nombre. Cuando sus tíos le cuentan que tiene un hermano, ella enfrenta miles de situaciones junto a sus amigos, para poder encontrarlo.
Su historia nunca tuvo nombre, a pesar de que la componen cuatro "libros". Simplemente la llamo "Avril" y quienes conocen su existencia lo comprenden.
Durante todo el transcurso de los cuatro "libros" he jugado demasiado con la frase "Nada es lo que parece" hasta tal punto en que la única persona que realmente podía entender la historia era yo. Y bueno, obviamente también ayudó que por ese entonces escribía horrible (y que la mayoría del tercer libro y el cuarto no han sido escritos).
Próximamente traeré más personajes a esta nueva sección de "¿Quiénes son?"

Jissa Forest

A forest where Jissas can run and be happy
Un bosque donde las Jissas pueden correr y ser felices, nada más que la pura verdad. ¿Cree este blog con la intención de tener un espacio para mi? No. Mentira. Tengo miles de espacios a través de la web, pero son tantos y tan pequeños que me he visto con la necesidad de crear uno en el cual poder recopilar todo aquello que se ha esparcido por internet.
Este es mi sitio feliz. Nada de lo que digan cambiará eso, por lo que están permitidos comentarios de todo tipo. Estaré feliz de que me notes, digas lo que digas. You can't hurt me (:
El contenido será muy variado (ya que la idea es recopilar todo lo que tengo), e irá desde estados de ánimo y delirios, hasta recomendaciones de páginas y tutoriales. Por lo que, cuando digo "variado" me refiero a lo-que-sea. Quedando esto aclarado pasaré al siguiente item.
Bienvenidos a mi bosque. Pasen y tomen asiento. Hay cookies y nutella por montones para compartir <3