martes, 2 de julio de 2013

Un Algo o3 - Segunda parte

No podría decir que mi vida era normal, porque no sé cual vida sería esa, pero podría describirla como corriente y aburrida, tal vez monótona, o rutinaria. El caso es que estaba demasiado acostumbrado a mi rutina de ir de casa a la escuela y de la escuela a casa, que cuando ella apareció no supe qué hacer.
Ella... Ella es el mal, O Samael, como me pidió que la llamase. Apareció un día a la salida de la escuela y yo inevitablemente no pude dejar de observarla. No era fea, por supuesto, aunque me parecía muy extraño ser el único que la hubo notado.
Era día de semana, por lo que debía apresurarme si quería dejar mis cosas en casa antes de ir a buscar a Cat a su escuela, y justo cuando iba a dar media vuelta para irme, ella me miró. No fue una mirada común, ni siquiera de esas que te dan cuando pillas a alguien observándote, sino que fue algo perverso, una mezcla de sonrisa provocadora y mirada asesina. Me asustó, obviamente, y decidí que sería mejor marcharme cuanto antes. Durante todo el trayecto a casa, incluso después de encontrarme con Cat, sentí como si aquella mirada sucia me persiguiera, aunque siempre que volteaba a ver no había nada más que mi sombra.
Esa noche no quise dormir, a pesar de lo cansado que me encontraba. Algo me decía en mi interior, que si lo intentaba, mi sueño no sería para nada agradable. No pude evitarlo durante mucho tiempo y, desgraciadamente, no me había equivocado con respecto a los sueños.
Podrías decir que sólo eran pesadillas inducidas por el miedo que aquella chica me había producido, pero yo siempre supe que eran algo más. Nunca pude recordar mucho de aquellos sueños, pero siempre que me despertaba luego de uno de ellos, la sensación era muy amarga.
Los días posteriores a ese son algo confusos. Recuerdo a Samael fuera de la escuela cada día, acercándose a mí, unos pasos cada vez, hasta que un día inevitablemente crucé a su lado. Me detuvo, pero no recuerdo nada de nuestra conversación más que su nombre y que ella me asustaba mucho.

No hay comentarios: